La Creatividad: Cinco pasos en tu proceso creativo

Hoy me gustaría compartir con vosotros una pequeña guía que ofrezco a todos mis estudiantes. Consiste en una serie de pasos que recomiendo seguir siempre que nos enfrentemos a un proceso creativo, es decir, siempre que nos queramos poner manos a la obra y solucionar alguno de nuestros problemas de forma creativa. Cinco pasos para estimular tu Creatividad.

El guión está orientado principalmente para procesos creativos en grupo, pero ya verás que cuando lo leas te servirá también con tus creaciones individuales. También te lo recomiendo para cualquier problema, no sólo con producciones artísticas o expresivas: programas educativos, retos laborales, el menú de la próxima comida familiar,… cada situación puede plantearse como un problema o, mejor dicho, en un reto, una oportunidad para dar paso a la Creatividad. ¿Quieres conocer estos cinco pasos?


1. Eriquecimiento: Infórmate sobre el problema que tienes entre manos, aprende, escucha a personas que sepan del tema, a otras que no piensen como tú y puedan aportarte otros puntos de vista, lee, etc. Por ejemplo: si queremos escribir una novela de Ciencia Ficción sobre el espacio podemos inspirarnos viendo algunas películas como The Martian, Gravity, Odisea en el Espacio; también podemos entrar en la web de la NASA 2.Tonificación: Antes de crear ¡prepara tu cuerpo y tu mente para este intenso ejercicio! Haz un poco de ejercicio antes de ponerte manos a la obra: puedes ir caminando al lugar donde vas a trabajar, utilizar las escaleras en lugar del ascensor, un poco de pilates ¡todo vale! Haciendo ejercicio nos activamos, sube nuestro nivel de activación y hacemos llegar más oxígeno al cerebro. Pero también tonificaremos nuestra mente: lee el periódico, quizás un poco de poesía, escucha la radio o algún podcast, pero ¡no veas la tele! Este aparato baja nuestro nivel de atención y nos hace menos receptivos a la información.
3. Definición: A la Creatividad no le gusta el estrés, así que vamos a intentar definir lo más posible nuestras limitaciones: qué objetivo queremos conseguir (no es lo mismo expresar nuestros sentimientos con la pintura que diseñar un programa educativo basado en los videojuegos), de cuánto tiempo disponemos para crear, qué recursos humanos tenemos a nuestro alcance (¿estaremos solos o nos ayudará alguien? ¿Quién? ¿Qué pueden aportarme?), recursos materiales y económicos (¿sólo emplearemos materiales reciclados o manejamos un presupuesto? ¿Disponemos de un ordenador o sólo con una libreta?), destinatario (¿nuestro jefe nos ha pedido el trabajo o ha sido una ONG? ¿Es un producto para niños o para nosotros mismos?). Mientras más claro tengamos cuáles son nuestras posibilidades, menos imprevistos tendremos y más disfrutaremos del proceso creativo. 4. Producción: Sin duda es la fase más divertida. Vamos a apuntar todas las ideas que se nos ocurran sobre nuestro problema ¡todas! Lo más importante es que no censuraremos ninguna idea, todas serán bien recibidas. Cuando haya pasado un rato guardaremos esa lista de ideas y pasaremos un tiempo sin verlas, dejando que «maceren», que el cerebro pueda encargarse de reorganizar toda esa nueva información, de establecer nuevas conexiones entre ellas. Un día, una semana o un mes más tarde, volveremos a ver esta lista… con otros ojos. 5. Integración: Es el último paso, que nos dirá cuáles de esas ideas nos sirven para el proceso en el que estamos trabajando. Algunas nos valdrán tal cual están, otras habrá que transformarlas y otras tendremos que devolverlas al cajón de las ideas y recurrir a ellas en otra ocasión. En este paso vamos a integrar toda la información, tomar decisiones, encaminar nuestros esfuerzos ante una solución a nuestro problema inicial.   Esto es lo que te recomiendo pero si a ti te funciona otra cosa ¡no me hagas caso! Cada cual crea e imagina de una forma, esto es sólo una guía por si estás un poco perdido y quieres organizarte un poco. Eso sí, si te va bien seguir otro camino déjame un comentario y cuéntame qué pasos sigues tú.